jueves, 3 de abril de 2014

Run-away


Los medios de comunicación se han encargado de hacer notoria la llegada de la semana oficial de la moda en México auspiciada por Mercedes Benz. Es todo un misterio como conseguir las entradas a las pasarelas que conforman este magno evento y aun con todas las restricciones que hay resulta sorprendente la cantidad de gente que asiste.  Hasta este año me parecía ficticia la posibilidad de atender un desfile, pero gracias a la suerte que me respalda, mis veloces dedos y mi afinidad a la moda, pude ganar el concurso #SelfieMBFW que me permitió tener un contacto más cercano con los diseñadores mexicanos más reconocidos, y digo reconocidos puesto que existen increíbles propuestas que aún no llegan a pisar las pasarelas del Campo Marte.

El concurso me garantizaba la entrada al desfile de David Salomón y al acto final del primer día: Julia y Renata. A pesar de los problemas de logística pude sentarme a disfrutar de la fastuosidad visual que implica la presentación de la colección  Otoño/Invierno 2014 de cada diseñador.

Al ser mi primer contacto cara a cara con un desfile decidí que toda mi atención se dirigiría a los atuendos que portaban las muy frágiles modelos y no al intento por inmortalizar las prendas con mi cámara fotográfica. Pero como supongo que querrán comparar mis palabras con los hechos, les comparto unas fotos de la revista Quien y  al final de la publicación.
Uno de los aspectos más bellos que rescato del primer día del MBFWMX es el contraste de propuestas y la coexistencia de proyectos antagónicos que brindan una visión más amplia del diseño en México.  

La cantidad de detalles de los diseños de David Salomón eran proporcionales al número de letras que tiene este post. Los encajes, las lentejuelas y la transparencia fueron factores elementales de la colección y el atrevimiento sutil en cada prenda reflejaba una enorme feminidad imposible de ignorar. 

Es curioso como en ocasiones sentimos la capacidad de escribir fluidamente nuestras impresiones de un desfile; añadimos múltiples adjetivos; evocamos recuerdos e incluso construimos historias, todo sin dudar en la verdad de nuestras palabras, pues consideramos factible lo que acabamos de redactar. No obstante hay ocasiones en las que debemos procesar las imágenes de nuestra cabeza y asociarlas a un concepto para no quedarnos dando vueltas en lo superficial, consideramos necesario apreciar dicho momento desde otra perspectiva. Justo eso último sufrí en el instante que acabó la presentación de Julia y Renata.


“Cuatro minutos treinta y tres segundos” destacó por los inesperados sonidos y cambios repentinos de luces. Los vestidos, así como la música del compositor vanguardista John Cage rompieron con la armonía tradicional. Cortes asimétricos y lapsos de oscuridad convivían simultáneamente y cuando los sonidos estallaban, las luces rojizas martirizaban el final del acto. Fue la perfecta relación entre el estallido sonoro y el silencio que a mi punto de vista se reflejaba en cada prenda minimalista, ausente de ruido pero al mismo tiempo cargada de significado.




David Salomón "Fortuna" Otoño/Invierno 2014


 Julia y Renata "Cuatro minutos treinta y tres segundos" Otoño/ Invierno 2014

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