Los medios de
comunicación se han encargado de hacer notoria la llegada de la semana oficial
de la moda en México auspiciada por Mercedes Benz. Es todo un misterio como
conseguir las entradas a las pasarelas que conforman este magno evento y aun
con todas las restricciones que hay resulta sorprendente la cantidad de gente
que asiste. Hasta este año me parecía
ficticia la posibilidad de atender un desfile, pero gracias a la suerte que me
respalda, mis veloces dedos y mi afinidad a la moda, pude ganar el concurso #SelfieMBFW
que me permitió tener un contacto más cercano con los diseñadores mexicanos más
reconocidos, y digo reconocidos puesto que existen increíbles propuestas que
aún no llegan a pisar las pasarelas del Campo Marte.
El concurso
me garantizaba la entrada al desfile de David Salomón y al acto final del
primer día: Julia y Renata. A pesar de los problemas de logística pude sentarme
a disfrutar de la fastuosidad visual que implica la presentación de la
colección Otoño/Invierno 2014 de cada
diseñador.
Al ser mi
primer contacto cara a cara con un desfile decidí que toda mi atención se
dirigiría a los atuendos que portaban las muy frágiles modelos y no al intento
por inmortalizar las prendas con mi cámara fotográfica. Pero como supongo que
querrán comparar mis palabras con los hechos, les comparto unas fotos de la revista Quien y al
final de la publicación.
Uno de los aspectos
más bellos que rescato del primer día del MBFWMX es el contraste de propuestas
y la coexistencia de proyectos antagónicos que brindan una visión más amplia
del diseño en México.
La cantidad de
detalles de los diseños de David Salomón eran proporcionales al número de
letras que tiene este post. Los encajes, las lentejuelas y la transparencia
fueron factores elementales de la colección y el atrevimiento sutil en cada
prenda reflejaba una enorme feminidad imposible de ignorar.
Es curioso
como en ocasiones sentimos la capacidad de escribir fluidamente nuestras
impresiones de un desfile; añadimos múltiples adjetivos; evocamos recuerdos e
incluso construimos historias, todo sin
dudar en la verdad de nuestras palabras, pues consideramos factible lo que
acabamos de redactar. No obstante hay ocasiones en las que debemos procesar las
imágenes de nuestra cabeza y asociarlas a un concepto para no quedarnos dando
vueltas en lo superficial, consideramos necesario apreciar dicho momento desde
otra perspectiva. Justo eso último sufrí en el instante que acabó la
presentación de Julia y Renata.
“Cuatro
minutos treinta y tres segundos” destacó por los inesperados sonidos y
cambios repentinos de luces. Los vestidos, así como la música del compositor
vanguardista John
Cage rompieron con la armonía tradicional. Cortes
asimétricos y lapsos de oscuridad convivían simultáneamente y cuando los
sonidos estallaban, las luces rojizas martirizaban el final del acto. Fue la
perfecta relación entre el estallido sonoro y el silencio que a mi punto de
vista se reflejaba en cada prenda minimalista, ausente de ruido pero al mismo
tiempo cargada de significado.
David Salomón "Fortuna" Otoño/Invierno 2014
Julia y Renata "Cuatro minutos treinta y tres segundos" Otoño/ Invierno 2014
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