Recuerdo cuando empecé mi colección
de revistas, bueno, a decir verdad no recuerdo haber querido empezar una
colección de revistas, el asunto es que voluntaria o involuntariamente empecé a
guardar las revistas que compraba, en lugar de descuartizarlas para hacer
collages.
Inicié siendo una leal réplica de
mi mami, pasando rápidamente las primeras páginas de Vogue para empaparme de
las creaciones de los diseñadores de renombre. Pero cuando empecé a toparme con
especiales de "La novia perfecta" y "Cómo conseguir una boda Vogue"
me sentí excluida del glamour inalcanzable que cada página escupía en mi
carita.
Pero algo me decía que no era la
única publicación de moda en el país, por lo que el siguiente paso fue ir a
Sanborns de cacería por una nueva portada amigable, y fue así como Nylon México y yo nos hicimos
amigas. Una revista que se enfocaba en la escena mexicana independiente, además
de presentar shootings creativos y entrevistas a personajes desconocidos que me
daban ganas de conocer y por si fuera poco venía incluido un pequeño apartado para hombres
BOOOOOM, el ingrediente secreto para formar una visión "completa" de
la moda.
Fueron 2 años de enajenación, en
los cuales consumía como estúpida todo lo que había plasmado en las hojas de la
revista, y es que ¿Quién no quiere encontrarse en un solo lugar?, mi respuesta
a la anterior pregunta en ese momento era conformista, alienada, y me llevo a
la peor de las cegueras.
Mi poco apetito de búsqueda me privó de la
multiplicidad de visiones sobre moda que habitan en diversas
publicaciones impresas que nunca había considerado. En primer lugar porque
requieren una búsqueda ligeramente meticulosa (OK,no tan ligera) y en segundo
lugar, porque no predican verdades como: "Básicos de
Verano", "La IT list" o "120 formas de usar
mezclilla", subtítulos que a mi parecer se
enemistan con la creatividad porque nos hacen creer en sus páginas como si fueran regímenes irrevocables, (ERROR, no lo permitan) pero al mismo tiempo alientan porque a partir del primer punto nos hace revelarnos y en consecuencia experimentar (LO MEJOR EVER).
Pero les juro que aquellas portadas
misteriosas, son tan solo la puerta de entrada a un nuevo concepto de moda y si
temes encontrar una réplica de la revista que leías, mi regla de oro es abrir
la Carta/nota del editor para corroborar que estas buscando en el lugar
correcto, si está bien escrita encontrarás un resumen estimulante que te cobijará en el
resto del camino.
Afrontemos la realidad, somos seres complejos y cada que
pensamos en identidad se nos revuelve la cabeza y nos cuesta hablar de nosotros
mismos sin recurrir a un explaye intenso. Es por eso que es imposible encontrar
un reflejo nuestro en un solo lugar * en este post por lugar me refiero a
revistas* y no hay absolutamente nada malo en eso, porque aquella
deficiencia nos permite ampliar nuestra búsqueda y la búsqueda siempre
nos traerá jugosos resultados. Es ahí donde dejo de llorar por las transformaciones
que “sufrió” mi revista favorita porque
puede que la verdadera transformación fuera personal, no editorial. Afortunadamente el mundo de las publicaciones sigue creciendo y tendrá siempre
un lugar especial para los inconformes.
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