Antes de que iniciara el verano, el
festival de cine y moda ASVOFF, creado por Diane Pernet y traído a México por
Luisa Sáenz, había lanzado su convocatoria para todos aquellos que estuvieran
interesados en formar parte de la selección 2014 de cortometrajes. Amateurs y
Profesionales: todos bienvenidos. Ante los lineamientos no podía quejarme y
mucho menos quedarme sentada, así que me propuse contactar a mis conocidos con afinidades
cinematográficas para platicar acerca de un proyecto multidisciplinario
enfocado en la revalorización, el tema a través del cual debíamos colocar todos
nuestros prismas.
¿Revalorización? ¿De qué?, el
punto de partida era muy amplio y mi mente lo quería abarcar todo, pero tratándose
de un trabajo empírico, las limitantes, por ejemplo en el presupuesto y el
tiempo de realización, existían. Adecuándome a las posibilidades planté una
historia que tomaba como escenario la Ciudad de México, un paisaje urbano que
subraya constantemente la reapropiación de las tendencias. Pero eso no era
suficiente, y seguía abarcando demasiadas variantes, así que Nicolás
Baksht apareció para darle un formato a
mis ideas que trascendía las apariencias y le otorgaba un carácter más
complejo: el cinematográfico. Por otro
lado tuvimos el incondicional apoyo de Erich Fromm, que con “El arte de amar” nos aprisionó en un
contexto amoroso que poco tenía de romántico, queríamos mostrar un recorrido
por las etapas de una relación amorosa haciendo una analogía entre las
transiciones sentimentales y las pieles que mudan algunos animales como las
serpientes, y que nosotros como humanos reapropiamos en el ejercicio de vestir.
Las bases estaban sentadas y lo
único que faltaba era grabar, así que junto con Natalia contacté a varios
diseñadores mexicanos cuyo trabajo se insertaba perfecto en nuestra propuesta.
Bazares, tiendas y páginas de internet estuve visitando como enferma antes (y
durante) el rodaje, cruzando los dedos por que aceptaran una colaboración con
una completa desconocida. Me emocioné como quinceañera por cada sí que
obteníamos como respuesta, viví los efectos de la empatía y ahora no me queda
más que volver a agradecerles a nuestros colaboradores.
Habíamos conseguido muchos
cambios de ropa pero nos faltaban escenas, grabábamos fragmentos que Nicolás
idealizaba espontáneamente con esa capacidad creativa admirable pero nos
costaba hilarlos de forma coherente, entonces creamos el texto junto con Itsue
Nakaya, un texto capaz de sintetizar una parte de mi visión de la moda y la
historia de una relación amorosa, incluyendo a la ciudad como gran escenario y
al mismo tiempo personaje principal de todas las acciones que se crean se
recrean y se destruyen.
Espero que disfruten ECDISIS al verlo
tanto como nosotros lo disfrutamos al crearlo. Larga vida a la moda, al cine y
a los amateur!
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